sábado, 5 de julio de 2008

Amigos

La palabra amistad proviene del latín Amicus; amigo, que posiblemente se derivó de amore; amar. Aunque se dice también que amigo proviene del griego a; sin y ego; yo, entonces amigo significaría "sin mi yo", con lo cual podríamos considerar a un amigo como al otro yo.

La amistad anima el alma y estimula el corazón. Se conocen sus efectos beneficiosos para la salud: activa nuevas áreas del cerebro y libera sustancias hormonales que favorecen la relajación y el bienestar. Además, es como un espejo que refleja nuestra imagen ampliada. Nos hace crecer y madurar, ayudando a forjar nuestra personalidad y nuestras relaciones sociales con quienes nos rodean.

Un profundo sentimiento de amistad activa áreas muy particulares, generalmente infrautilizadas en el cerebro, que secretan una mezcla especial de sustancias bioquímicas. La colaboración, el intercambio, el reconocimiento del otro, cierran el paso a la agresividad, la desconfianza o la defensa del territorio. El apoyo emocional que conlleva toda amistad y la alegría compartida activan el sistema inmunológico.

Tener amigos nos sirve de refugio donde, en caso de necesidad, podemos encontrar ayuda y consuelo sin tener que dar nada a cambio. La amistad no es posesión, ni exigencias, ni obligaciones sino libertad y apoyo mutuo.

A lo largo de la vida vamos estableciendo numerosas relaciones interpersonales en las que volcamos nuestro afecto, de una forma más o menos intensa, dependiendo de la afinidad que sentimos por esas personas, de la intensidad y frecuencia de la relación y de la reciprocidad afectiva que advertimos en ellos. De forma más o menos inconsciente, damos cariño esperando que éste obtenga cierta resonancia en la persona querida, de tal modo que esta persona también nos dé cariño a nosotros, lo que supone un reconocimiento, una reciprocidad y el establecimiento de un vínculo afectivo como es la amistad.

"La amistad es un alma que habita en dos cuerpos; un corazón que habita en dos almas." Aristóteles

Considero una verdadera amistad cuando existe una unión desinteresada, cordial, abierta, en la que hay un interés mutuo por los problemas, éxitos o sufrimientos del amigo; se debe cultivar con pequeños detalles de gratitud por todo lo que se recibe de ella.

La amistad comienza por la simpatía y el agrado que se sienten al encontrarse personas que tienen cosas en común. Te empiezan a interesar las cosas del amigo y vos encontras con gusto que a él también le importan las tuyas. Es muy agradable saber que contas con alguien que te quiere y te comprende, que comparte muchos de tus gustos y de tus ideas.

Sin embargo, no se limita con esto, la verdadera amistad tiene ciertas características y exigencias. El amor en la amistad se convierte en amor incondicional, cuando buscas el bien de tu amigo, cuando respetas sus ideas, cuando lo aceptas tal y como es, cuando lo ayudas a crecer y superarse.


Paloma Herrera.

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